jueves, 2 de septiembre de 2010

El viejo septiembre. ¿Nadie se ha dado cuenta de la intensidad con la que observa desde la ventana el mundo exterior? Observa todos los detalles, inclusos los más ocultos. Volvió a salir de casa, después de un año entero volvió. Siempre sale al portal cuando el cielo parece gris, cuando está a punto de llover. Ella, esa chica de cabello oscuro. Parece feliz. La gente se esconde porque teme perder de vista al verano. ¿Pero...pero acaso nadie advierte que camina en compañía de una pequeña libreta? El viejo septiembre, el viejo de los detalles. El viejo invisible que sigue a la chica de cabello oscuro para anotar en su pequeña libreta detalles que no le pertenecen.

Despertó temprano. Se ató los botines negros sin prisa. Se colocó el colorido vestido suavemente, dejando caer la tela hacia sí. No se peinó el flequillo. Le daba cierto aire infantil. Se puso las medias violetas. No desayunó leche y galletas. Subió al tren de las diez y media. Subió y bajó las mismas escaleras durante toda la mañana. Llovió, llovió como nunca. Ella no se escondía. Comió por el camino. Subió al tren de las dos. Montó en bicicleta. Se compró unas gafas de sol. Llovió aún más fuerte. Se peló un melocotón en la encimera de la cocina. Se quitó la ropa mojada. (...)

Entrada número 5O :)
PD: adoro septiembre.

1 comentario:

Soñadora E dijo...

Adoro Septiembre, y más si hace frio!
Un beso!

compartimos universo.